Son pocas las oportunidades que tienen las empresas y sus marcas de tener una audiencia de las dimensiones tan extraordinarias que se dan en eventos deportivos masivos, como los Juegos Olímpicos. 204 países y sus millones de seres humanos conectados, emocionados, siguiendo con pasión las victorias y derrotas de sus equipos.
No se me ocurre una situación más ideal, para crear ese vínculo afectivo, ese compromiso entre marca y personas (no consumidores), que se basa en la lealtad más allá de la razón y que genera amor por una marca (Lovemarks). Leer más…